El Festival, ya un referente para la difusión de la cultura folk y la música tradicional, es básico para la investigación de la ataxia telangiectasia, a la que destina toda su recaudación, 30.000 euros en la pasada edición
Los organizadores del Festival Solidario Aitzina Folk estudian cómo organizar la octava edición, que debería celebrarse como cada año entre noviembre y diciembre en distintos escenarios de Vitoria-Gasteiz. Ante la crisis del Covid19, están planteando cómo poder celebrarlo de forma más favorable posible para todas las partes y cumpliendo la normativa. Tal como explica Patxi Villén, director del festival, “no queremos cancelarlo, porque por un lado creemos que ahora más que nunca tenemos que seguir apoyando la cultura y a los artistas del folk, que también se han visto golpeados por el efecto de la pandemia. Por otro lado, también la recaudación es uno de los puntales que nos ayuda a seguir financiando nuestro proyecto de investigación, en una época en que la recaudación de fondos se ha frenado gravemente en el ámbito de las enfermedades raras”.
El Aitzina Folk se ha consolidado ya como referente para la difusión de la cultura folk y la música tradicional, y continúa con su vocación solidaria de apoyo a la investigación de la ataxia telangiectasia, una enfermedad genética y neurodegenerativa que aún no tiene cura, y que cuenta con dos chicos afectados en País Vasco y alrededor de 30 en todo el Estado.
Villén es además presidente de Aefat, la asociación que agrupa a las familias afectadas en España, padre de Jon, uno de los chicos alaveses afectados y músico de folk. “Nos gustaría organizarlo de forma presencial pero el aforo permitido en la actualidad no es factible, por eso se están cancelando y aplazando todos los festivales, y tampoco sabemos con seguridad cómo estará la situación del confinamiento a final de año ni cómo será la normativa entonces, por eso nos estamos planteando parte del festival de forma virtual, pero creativo y participativo, que cuente también con grupos locales e internacionales, y en el que las mujeres tengan también un peso importante”.
Un Aitzina Folk con una parte online tendría sus ventajas e inconvenientes, tal como plantea su fundador. “Por una parte, somos conscientes de que no es lo mismo disfrutar de un concierto o espectáculo en vivo que hacerlo a través de internet, pero dadas las circunstancias, preferimos verle el lado positivo: podremos organizar otro tipo de actividades, tener más público internacional que conozca a nuestros grandes artistas vascos y, por otro lado, también todos podremos disfrutar de expresiones artísticas que, por logística o costes, no habríamos podido mostrar”.
La programación del festival multicultural Aitzina Folk incluirá más de 20 actividades para todos los públicos, muchas de ellas gratuitas, con música pero también danza, talleres, charlas, retos artísticos y encuentros de escuelas de música tradicional.
Todos los beneficios obtenidos con la venta de entradas y fila cero (Laboral kutxa 3035 0228 96 2280099996) se destinarán a financiar el proyecto de investigación de terapia génica que financia Aefat, la asociación que agrupa a las familias afectadas por ataxia telangiectasia, en la Clínica Universidad de Navarra.
Más de 100 grupos y artistas (25 en la pasada edición) ya han pasado por los diferentes escenarios de Vitoria-Gasteiz en las siete ediciones anteriores, más de 27.000 espectadores (unos 6.000 en 2019) y se han recaudado más de 160.000 euros para investigar la ataxia telangiectasia (AT), 30.000 euros en el pasado festival.
El Aitzina Folk está organizado por el grupo de trabajo Aitzina Lan Taldea, creado en 2010 para apoyar a los enfermos y sus familias desde una perspectiva local en el País Vasco, compuesto por familiares y amigos de los afectados, e integrado en la organización estatal Aefat, asociación que agrupa desde 2009 a los afectados en España.
Este festival se organiza de manera profesional pero íntegramente con voluntarios, por lo que su función es vital. Tal como señala Patxi Villén, “contamos con más de 150 voluntarios que nos ayudan en la gestión, promoción, diseño de materiales, montaje y desmontaje de escenarios, organización de actividades, atención a los artistas (que cobran como en cualquier otro festival)… todo. Su función es imprescindible y estamos muy agradecidos a todos ellos. Con los voluntarios, patrocinadores, colaboradores y el público que asiste, este festival hace posible financiar parte de la investigación cada año, y esa investigación es nuestra esperanza”.
El festival está hermanado con otros dos festivales de prestigio: el Cáceres Irish Fleadh y el Babieca Folk de Burgos, con los que ha compartido algunos artistas en los últimos años.
Aitzina Folk cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Álava, Loramendi, Laboral Kutxa, Comunicaciones y Ocio Interactivo S.L., Fundación Vital, Artium, Evento Kit, Teatro Principal Antzokia, Fundación Catedral Santa Maria y Oihaneder, Euskararen Etxea. Además, colaboran en la organización EITB, Ideolab, Radio Vitoria, Diario Noticias de Álava, Cadena SER, La Caixa, Hotel Boulevard, Bide-Bidean, Eroski, Artepan, Eusko Label, Eukeni Txakoli, Insitu Oficina Técnica, La Gistería, el Conservatorio de música Jesús Guridi, la Escuela de música Luis Aramburu, Academia de Folklore de Vitoria-Gasteiz, Escuela de Folk, Falerina Taberna, el HUB-Gasteiz y Jaizki Fontaneda Fotografía.